viernes, 20 de noviembre de 2009

Prólogo de «Juan Cacho o un cacho de Juan»


Se nota que Francisco Palacios disfrutó escribiendo su novela, definiendo cada uno de los rasgos de la personalidad de Juan Cacho, que como él dice tiene aquello que a él le falta y que carece de eso que a él le sobra, además en el dibujo que se presenta en la portada existe un gran parecido con el propio autor, por lo que se puede interpretar, que gran parte de su obra es en gran parte el reflejo de su vida.

Francisco Palacios escribe para entretener, apartándose por lo tanto de una literatura tediosa o cargante. Palacios nos ofrece una novela basada en el humor, en el día a día de muchos o en la falta de chispa de otros, una novela que refleja la cotidianidad, en este caso, de un barrio en el que suceden amoríos, pasiones, muertes, enfados y en el que conviven un sinfín de microhistorias que se entrelazan desembocando en un fin con tintes policíacos.

Palacios ha creado a un Juan Cacho o mejor dicho a un Don Juan Cacho, sin duda alguna uno de los personajes más interesantes, cercanos y llanos que te hayas podido encontrar entre unas hojas (cómo no, es que es malagueño).

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